Pancreatitis

La pancreatitis es una inflamación de un órgano llamado páncreas, el
cual tiene varias funciones en el cuerpo, algunas hormonales y otras
directamente relacionadas al procesamiento de alimentos (digestión),
de manera que podamos absorberlos en nuestro intestino delgado. El
páncreas se puede inflamar aguda o crónicamente, dando así
diferentes síntomas.

Entre las causas más frecuentes para la inflamación aguda del
páncreas se encuentran las piedras de vesícula, el consumo de
alcohol, un nivel muy alto de triglicéridos y el uso de algunos
medicamentos. En raros casos se puede deber a traumas, infecciones,
anomalías congénitas de la anatomía del páncreas o a ciertos
síndromes que corren en la familia. Los síntomas de pancreatitis aguda
incluyen casi siempre un dolor abdominal que no pasa desapercibido y
que rara vez resuelve por sí solo, muchas veces se proyecta a la
espalda y se siente peor cuando uno se acuesta boca arriba. Además
se puede presentar náusea, vómito y fiebre. El cuadro clínico puede
asemejarse mucho a una inflamación de vesícula u otros problemas
abdominales, por eso es tan importante buscar ayuda médica
inmediatamente para poder llegar al diagnóstico correcto en poco
tiempo. Su médico le hará un examen físico, así como análisis de
laboratorio y usualmente un sonograma o CT scan abdominal para
corroborar la sospecha clínica de pancreatitis y descartar otras
condiciones.

El tratamiento consiste en dejar de comer inmediatamente y comenzar
hidratación intravenosa vigorosa, junto con medicamentos para el dolor
y a veces antibióticos. Es esencial detener cualquier proceso que se
haya identificado como la causa de la condición, por lo que en muchas
ocasiones un gastroenterólogo le hará un procedimiento parecido a una
gastroscopía para removerle piedras que estén bloqueando los
canales del páncreas. Luego del manejo inicial, el resto del tratamiento
es de observación y corregir cualquier problema metabólico o nutritivo
que ocurra. Los casos simples de pancreatitis pueden manejarse en
algunos días en el hospital, pero casos severos pueden causar el mal
funcionamiento de varios órganos del cuerpo, necesitando el traslado a
una unidad de cuidado intensivo en el hospital, operaciones de
emergencia e incluso causar la muerte.